Por DANIEL VERDÚ
La líder de Hermanos de Italia Giorgia Meloni (REUTERS/Yara Nardi)
La alianza que encabeza la neofascista se perfila como triunfadora de las elecciones generales y, según las proyecciones, tendría la mayoría en las dos Cámaras del Parlamento. La participación se desplomó a alrededor del 65 % respecto al 73 % de los últimos comicios
Un terremoto político con aroma a consolidación de la ultraderecha en Europa ha sacudido Italia este domingo. Unos 50 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas para poner nombre y color al Gobierno número 68 de los últimos 76 años en unas elecciones provocadas por la caída prematura del Ejecutivo de Mario Draghi en julio. La coalición de las derechas, formada por los partidos ultra de Hermanos de Italia y la Liga y por la Forza Italia de Silvio Berlusconi, ha obtenido una victoria neta (en torno al 43% de los votos en la Cámara de Diputados, según el sondeo de la RAI) que les permitirá alcanzar, si el escrutinio lo confirma, la mayoría absoluta. En clave interna, la enorme ventaja obtenida por Giorgia Meloni, líder del posfascista Hermanos de Italia, que ha multiplicado por seis los resultados obtenidos en 2018 (pasaría del 4% al 26%), la coloca como favorita para recibir el encargo del jefe del Estado, Sergio Mattarella, para formar Gobierno: la primera mujer en lograrlo en la historia de la República.
Los italianos han votado decididamente a la coalición de derecha. Un artefacto que no gobernaba desde el último Ejecutivo de Silvio Berlusconi, caído en 2011 con una Italia al borde de la quiebra y una precoz Meloni como ministra de Juventud. El resultado, todavía más rotundo a favor de Hermanos de Italia en las primeras proyecciones del Senado, no sorprende a nadie en una campaña marcada por el desinterés y la apatía ciudadana. Las cifras, de hecho, coinciden con las que manejaban las tres formaciones en el mes de julio, cuando hicieron caer de forma interesada al Ejecutivo de Mario Draghi (exquisitamente neutral durante la campaña). La noticia, sin embargo, ha sido un desplome histórico de la participación (casi 64%, alrededor de nueve puntos menos que en 2018), que marca una senda descendente del interés de la ciudadanía por la política desde 1979.
Italia se ha volcado con el partido de Hermanos de Italia, el único que no había formado parte de ninguno de los tres gobiernos de la última legislatura. La formación, nacida de los rescoldos del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), no ha sufrido el desgaste gubernamental y ha expoliado sin compasión el vivero de votos ultra de la Liga de Matteo Salvini (según las primeras proyecciones del Senado, no superaría el 8,5% de votos). La formación del exministro del Interior, que había liderado el bloque conservador durante la primera parte de la legislatura (obtuvo un 33% de los votos en las últimas europeas), ha logrado en esta ocasión un resultado pésimo que podría abrir una crisis interna. Y quién sabe si también tensiones en la coalición de derecha.
La tercera proyección de la noche con los datos del Senado aumentó todavía más la brecha entre el partido de Meloni y el resto. De hecho, Hermanos de Italia lograría prácticamente los mismos votos que toda la coalición progresista en dicha Cámara (26%). El Partido Democrático de Letta sería la primera fuerza de oposición, pero no superaría el 19%, según esas cifras parciales.
El resultado muestra también las costuras de la estrategia del bloque progresista, cuya derrota no es atribuible solamente a los votos obtenidos. La ley electoral, un sistema mixto que combina el método proporcional y el mayoritario, premiaba a las coaliciones configuradas a priori. Pero el bloque de izquierdas, con el Partido Democrático (21% de los votos) de Enrico Letta a la cabeza, fue incapaz de llegar a un acuerdo con las distintas fuerzas que podían componerlo. Visto el resultado del Movimiento 5 Estrellas (17,5%) de Giuseppe Conte, que ha sabido gestionar la campaña electoral y explotar el descontento del sur de Italia, ambas fuerzas hubieran podido conformar un bloque competitivo. Especialmente, si se observa el crecimiento también del denominado Tercer Polo (8,5%), una coalición de pequeños partidos de centro liberales que lideran el ex primer ministro Matteo Renzi y uno de sus exministros, Carlo Calenda.
Fuente EL JACAGUERO