Expone costumbres, ritos, usos, hitos de una familia de clase media con sus dramas, que parecerían nimios, pero que se dan en todos los ambientes. Hay que verla… Inicia proyecciones este jueves 31 de octubre
José Rafael Sosa
Volver al cine siempre es una aventura en la cual no se sabe cómo nos va a ir en función del gusto particular de cada quien. Por eso se agradece ir a ver una producción de un director no conocido (por ser esta su ópera prima), de un tema del cual nada se sabe. Es el caso de un drama familiar con tintes de humor psicológico bien logrados, titulada Pérez Rodríguez, un titulo francamente inexpresivo, pero vaya usted a ver: una joya por el cuidado profesional con que se hizo y el rendimiento que logró el director Humberto Tavárez a los recursos humanos y técnicos de que dispuso para entregar al arte cinematográfico dominicano, una pieza de este nivel.
Pérez Rodríguez se escapa de muchos esquemas, modismos y facilistas ya vistos. Es una entrega que resulta mezcla de humor, emoción, un profundo y emotivo retrato de la vida familiar dominicana y una caracterización de personajes y personalidades.
Visualmente se nota una dirección que supo exponer como nadie antes, las costumbres, ritos, usos, hitos de una familia de clase media (media alta?), su cotidianidad y en especial las celebraciones (la fiesta, el afán de la cocina) hasta las circunstancias de luto y la despedida final de las cuales nadie escapa.
La película se presenta como un proyecto coral, donde el trabajo actoral es central y los personajes imprimen un ritmo auténtico a los diálogos. Cuquín Victoria, Luis José Germán, Stephany Liriano, Lizbeth Santos, Xiomara Rodríguez y el joven actor Joshua Wagner ofrecen actuaciones sobresalientes. Cada uno de ellos aporta profundidad y matices a sus personajes, logrando transmitir las emociones y conflictos internos de una familia común.
La dirección de Tavárez logra capturar la cotidianidad de la vida familiar dominicana: desde las celebraciones y el ajetreo en la cocina hasta momentos más solemnes como el luto y la despedida. Con un guion inteligente y una dirección actoral y de cámaras que exploran los aspectos psicológicos de sus personajes, Pérez Rodríguez se
Técnicamente, la película también destaca por su fotografía, edición y banda sonora, que le aportan realismo y belleza visual. Sin embargo, algunos entornos oscuros resultan excesivos y podrían haberse beneficiado de una mejor iluminación. Aún así, Pérez Rodríguez es una obra digna trabajada, que expone la identidad nacional por medio del ambiente de una familia de clase media. Creo que, luego de todas las batallas recientes por respetar la Ley Nacional de Cine, lo menos que se puede hacer es ir a ver una cinta bien lograda, que tiene la estampa creativa de gente enamorada del quehacer visual.