La educación es un pilar fundamental para el desarrollo de cualquier nación, y en la República Dominicana, actualmente enfrenta una crisis alarmante que demanda atención urgente. Desde el inicio del gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), múltiples factores han contribuido a deteriorar un sistema educativo que ya venía con grandes avances en el mismo.
La terminación de planteles educativos se ha convertido en un problema recurrente. Durante años, se ha esperado la inauguración de escuelas que estaban en 80% de terminación en la mayoría de sus casos, dejando a comunidades enteras sin acceso a la educación de calidad que tanto anhelan. Este fenómeno no solo afecta a los estudiantes que ven restringida su formación, sino que también impacta negativamente en las familias, que deben buscar alternativas muchas veces costosas y lejos de su hogar.
La falta de inversión adecuada en infraestructura educativa crea espacios de aprendizaje deficientes, lo que limita las oportunidades de desarrollo para los jóvenes dominicanos.
Otro punto crítico es el alto costo de los artículos escolares. En un país donde muchos padres luchan cada día para llegar a fin de mes, el inicio del año escolar se convierte en un desafío económico monumental.
Los precios de útiles, uniformes y otros materiales han aumentado considerablemente, generando una carga adicional sobre los hogares. Esta situación no solo limita el acceso equitativo a la educación, sino que también perpetúa la desigualdad social. Muchos niños y adolescentes se ven obligados a interrumpir su educación debido a la imposibilidad de adquirir lo que necesitan, causando así un efecto dominó que perjudica el futuro del país, pero como si fuera poco vemos como se ha viralizado en los últimos días artículos con el sello del INABIE los cuales se están comercializando en tiendas por departamentos.
Según el portal del Banco Central, la cobertura en educación secundaria, primaria e inicial presenta un retroceso entre 5 y 10 años, esto lo representa el primer mandato del gobierno de Luis Abinader, estas cifras son alarmantes, más de 160,000 mil estudiantes se están quedando sin el pan de la enseñanza, lo que resulta un aumento de la deserción escolar y una generación que, potencialmente, se enfrenta a la exclusión. A pesar, de que existe un déficit por la falta de cupos en las escuelas, lo cierto es que este es un reflejo directo de una política educativa que no ha logrado adaptarse a las necesidades demográficas y sociales del país.
La crisis del sistema educativo en la República Dominicana bajo el gobierno del PRM es un tema que no se puede ignorar. La terminación de planteles, el alto costo de los artículos escolares y la falta de cupos son solo algunos de los problemas que requieren atención inmediata. Si no se implementan un plan efectivo y se realizan inversiones significativas, las consecuencias serán devastadoras para toda una generación. Es imprescindible que como sociedad exijamos a nuestros líderes un compromiso genuino con la educación, pues el futuro del país depende de ello.