Por Celeste Pérez Rodríguez
En días pasados varios sectores de Santo Domingo experimentaron una creciente preocupación debido a los rumores sobre una posible escasez de Gas Licuado de Petróleo (GLP). Una fuente esencial de energía para millones de hogares y negocios en el país. Los rumores sobre la escasez generó que los ciudadanos acudieran en masa a las estaciones de gas para llenar sus tanques.
El Ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor (Ito) Bisonó, señaló que las denuncias de falta de GLP durante el fin de semana pasado se debieron a un “razonamiento en algún despacho”. Es decir que se tuvo que racionalizar el suministro de GLP debido a un problema logístico. Una neblina densa retrasó los barcos tanqueros encargados de traer el gas a la empresa Coastal, que maneja el 60 por ciento del mercado dominicano.
En un comunicado del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), indicó que tras sostener conversaciones con las terminales de GLP, Coastal y Refidomsa, el suministro de este combustible en el país está garantizado y no existe riesgo de desabastecimiento. El comunicado también resaltó que uno de los principales suplidores del mercado registró retrasos en su habitual reposición de inventarios debido a condiciones climatológicas.
Pero, ¿qué hay detrás de esta “crisis” y qué papel juegan las condiciones climatológicas en este escenario?
En primer lugar, es crucial comprender que la distribución y el suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP) están influenciados por diversos factores, entre ellos, las condiciones climáticas. Tormentas, huracanes y otras inclemencias del tiempo pueden afectar tanto la producción como el transporte del gas. Este impacto es especialmente relevante en nuestra isla, donde este combustible fósil llega a través del mar. Estas adversidades climáticas pueden interrumpir las rutas de suministro y provocar demoras en la distribución del GLP.
Estos eventos climáticos extremos no solo afectan las infraestructuras, sino que también generan una alta demanda de energía, lo que puede agravar la situación de desabastecimiento.
El cambio climático, con su creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, ha exacerbado estos problemas. En la República Dominicana, un país vulnerable a huracanes y tormentas tropicales, las condiciones climatológicas juegan un papel crucial en la estabilidad del suministro de GLP. Las interrupciones en estas entregas no son solo una cuestión de logística, sino una realidad palpable en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.
Estos rumores sobre la escasez de GLP desataron una breve espiral de miedo y desinformación, mostrándonos cómo las condiciones climatológicas y el cambio climático, -aunque no les demos la importancia necesaria- pueden afectar de manera directa nuestra vida cotidiana.