¿Por qué Kenia se preocupa por Haití?
ONU y superpotencias “privan en ser los buenos”
Sorpresa, estupefacción, preguntas, interrogantes, confusión, podrían ser parte de una situación inentendible, incluso para el propio gobierno haitiano, que rechaza la iniciativa del gobierno keniano de hacerse cargo de la situación actual en el país limítrofe con República Dominicana. Preciso es hacer algunas puntualizaciones respecto de la situación actual de ambas naciones, Haití y Kenia, así como del silencio cómplice de las poderosas naciones desarrolladas que persiguen un fin único. Desentenderse de Haití y dejar, como siempre, el problema a nuestra nación.
Por Claudia Fernández
SANTO DOMINGO , República Dominicana.- Con gran asombro y preocupación legitima veo en los titulares de los principales diarios de nuestra nación, la decisión del gobierno de Kenia de enviar a mil policías y militares a la vecina nación haitiana para iniciar un proceso de paz en esa convulsionada nación.
De inmediato se encienden las alarmas. ¿Qué pretende realmente la ONU y las superpotencias que gobiernan a este organismo internacional con este anuncio?
Haciendo un esfuerzo cerebral, recibo el acucioso análisis, de mi amiga-hermana Ivonne Ferreras en su canal de YouTube, hablando sobre el panafricanismo, es decir, la ayuda desinteresada de esta lejana nación, ubicada en el cuerno del Este africano para enfrentar las bandas militares y paramilitares que asolan a la depauperada Haití, y lograr la unificación de los países de la región que fueron colonizados por las naciones europeas, pero no concuerdo con sus planteamientos.
Primero, resulta altamente sospechoso que a estas alturas del juego internacional, la ONU y aliados, permitan a una nación con índices de vida, económicos, educativos y sociales con niveles muy por debajo no solo de nuestro país, sino del resto de las naciones latinoamericanas que sufrieron el vasallaje vil de Las potencias de la época, que continúan con su trabajo soterrado desde la omnipotente Organización de las Naciones Unidas (ONU), y peor aún, continúan manipulando los hilos del poder mundial.
Segundo, y para terminar para no cansar el cuento, no olvidemos las declaraciones de hace unos dos años de esas mismas potencias, que nos sometieron a un escrutinio internacional. ¿la desmemoria se apodera de los latinoamericanos y caribeños? No sé, pero todo apunta a un nuevo ataque a nuestro país por la insistencia de buscar soluciones viables a la crisis haitiana, que dejó de ser país, nación, para convertirse no en un Estrado frustrado, sino en una frustración internacional. Reitero la pregunta. ¿Qué busca Kenia en esta interferencia? Solo la ONU y las grandes potencias tendrían la respuesta a este acertijo politicoque mas bien parece un rompecabezas sin fin.