No todas las regiones aportan el mismo número de soldados al conflicto entre Rusia y Ucrania. Así es la información que llega desde las repúblicas alejadas de las grandes urbes de Moscú y San Petersburgo como Siberia y el Cáucaso Norte, donde habitan minorías étnicas. «De nuestro pueblo, donde solo hay 300 hombres, se los llevaron a todos», explica un hombre de Yakutia, en una de las zonas más frías del Ártico ruso, que prefiere no ser identificado. Añade que en otros pueblos de la región se han llevado a «60, 50, 47 hombres…», la mayoría de tamaño pequeño. En estas regiones de la fría tundra siberiana, en las que no hay calefacción central ni agua corriente porque se puede llegar a los 55 grados negativos en los momentos más duros del invierno, el papel de los hombres es fundamental. Ellos son los que se encargan de las tareas más duras cuando llega el frío, como cazar y pescar.
Este mismo hombre explica que está esperando su «quinto hijo». Sospecha que le han reclutado porque prestó servicio en Chechenia «durante 3 años, en las fuerzas especiales». «Me dijeron que iría de todos modos, sin importar cuántos hijos tenga», añade. A él y a otros hombres de los alrededores les enviaron a Khavarovsk, una importante ciudad del Lejano Oriente Ruso. Allí recibirán entrenamiento durante 10 días y después serán enviados a diferentes partes del frente.
En otra parte de Siberia, concretamente en Ust-Ilimsk (Irkutsk), un joven de 25 años disparó el domingo a un oficial de reclutamiento cuando fingió querer alistarse voluntariamente. Entró en la oficina y, antes de abrir fuego contra el militar, gritó «todos a casa». Presuntamente su motivación es que previamente llamaron a su mejor amigo, del que dice que no tiene ninguna experiencia ni hizo el servicio militar. Ruslan Zinin se enfrenta ahora a cargos de tenencia ilegal de arma de fuego y atentado contra la autoridad. El oficial está herido de gravedad.
La chispa del Cáucaso
Durante muchos años pocas protestas se han visto al lado norte de las montañas caucásicas. Pero el reclutamiento, una vez más, de hombres y chicos de Daguestán, ha colmado el vaso. Este domingo se vio a policías totalmente abrumados por grupos de mujeres, que pedían la paz y que no se lleven a sus hijos, así como hombres amenazando o incluso golpeando a aquellos agentes de la ley que detuvieran a locales. Los policías se vieron obligados incluso a disparar al aire para intentar dispersar a una multitud que consiguió cortar la carretera estatal. El Kremlin ha admitido la «histeria» por la movilización militar, aunque ha culpado a las regiones de esas protestas.
En internet incluso hubo amenazas de algunos grupos, que aseguraron que si no se liberaban a los detenidos durante el domingo, empezarían a quemar edificios. Este lunes las imágenes de civiles manifestándose se han repetido y la policía incluso se ha visto obligada a utilizar gas lacrimógeno para repeler a los protestantes.
En Telegram, varios canales instan a los ciudadanos del Daguestán a no ir a trabajar y paralizar así la vida de la república hasta que las autoridades cumplan con sus demandas de cancelar la movilización.
Anteriormente ya se había visto descontento con la política de movilización rusa en esta parte del país, pero hasta ahora no había explotado de esta manera. No solo se está protestando contra el reclutamiento, también se oye en las concentraciones «no a la guerra», como corean en el vídeo siguiente.
El sur de Rusia es una zona caliente por los precedentes históricos, aquí se produjeron las dos guerras chechenas, de aquí salieron muchos de los ciudadanos rusos que formaron parte de Estado Islámico, además de ser ahora un lugar de paso para miles de vehículos que quieren abandonar el país a través de Georgia o Azerbaiyán.
Fuente EL PERIODICO