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Por Ramón Mercedes.
Hoy 21 de septiembre se celebra el día Internacional de la Paz, es crucial reflexionar sobre el impacto devastador de los conflictos bélicos que aún asolan al mundo.
La guerra entre Ucrania y Rusia, los enfrentamientos en la Franja de Gaza y la inestabilidad en Haití son recordatorios dolorosos de que la paz es un bien frágil. Estos conflictos no solo destruyen vidas, sino que también desmantelan sociedades enteras, generando un ciclo vicioso de violencia y desesperación que afecta no solo a las naciones involucradas, sino a la estabilidad global.
En contraste, la paz es fundamental para el progreso económico y social.
En la República Dominicana, donde disfrutamos de una relativa estabilidad, podemos apreciar cómo un entorno pacífico fomenta el crecimiento económico al atraer inversiones y crear empleos. Además, permite el desarrollo social al facilitar la mejora de servicios públicos esenciales como educación y salud.
La paz también potencia el turismo, inyectando capital a la economía local y promoviendo un intercambio cultural enriquecedor.
Hacemos un llamado urgente a todos: líderes políticos, organizaciones internacionales y ciudadanos comunes. Debemos trabajar juntos para promover el diálogo y la comprensión mutua, apoyando iniciativas que busquen resolver conflictos mediante medios pacíficos.
La historia nos ha demostrado que los conflictos no son inevitables; hay alternativas viables basadas en el respeto mutuo y la cooperación.
En este Día Internacional de la Paz, celebremos lo que tenemos y luchemos por extender esa paz hacia aquellos atrapados en ciclos de violencia.