noviembre 21, 2024

Manuel Díaz Aponte

El consenso es una aspiración difícil de alcanzar entre el liderato político del país porque cada uno busca ventajas particulares.  

Siempre estamos opuestos a las propuestas que introduce el Poder Ejecutivo, aunque muchas de ellas beneficien a la población más necesitada.

Así, el partidismo político se proyecta en una línea de confrontación y sistemáticas críticas hacia la franja gubernamental.    

No hay cómo aplicar una política de integridad, participación y consenso entre el liderato de los partidos que interactúan en el sistema de la partidocracia nacional porque habrá siempre un punto de confrontación y cuestionamiento.

El presidente de la República, Luis Abinader, está decidido a levantar la bandera de la consensualidad entre los actores políticos nacionales, pese a contar con una inmensa mayoría en el Congreso Nacional para lograr la aprobación de las iniciativas legales introducidas para ese órgano del Estado.

En actitud desafiante los Partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), retoman la obsoleta y desagradable práctica de oponerse sistemáticamente a todo, sin importar el daño provocado a nuestra institucionalidad democrática.

Olvidan que esa errática actitud en gran parte motivó su salida del poder porque los pueblos observan y deciden. La gente está cansada de tantos dimes y diretes sin aportar ninguna solución válida al debate y a la urgencia de una agenda que demanda soluciones para aliviar las penurias de los más empobrecidos.

Abinader respondió acertadamente al presidente del PLD, Danilo Medina cuando éste criticó y reafirmó su oposición a la reforma constitucional elaborada por el Poder Ejecutivo y que deberá ser debatida por los congresistas.

Aquí, lo que se impone es que surja una visión opositora creativa, inteligente, cuestionadora y que se movilice en torno al interés nacional.

Los resabios, frustraciones, complejidades y hasta odio entre algunos representantes de las principales fuerzas partidarias hay que superarlos.

El debate estéril particularmente a través de los medios de comunicación hay que dejarlos atrás, porque estamos en 2024, donde una generación tecnológica e inteligente observa el atraso mental de algunos de esos supuestos líderes.

¿Qué busca Danilo?  

Tras la aplastante derrota que sufrió en las urnas en los pasados comicios municipales, congresuales y presidenciales el liderato del PLD busca afanosamente lograr una estrategia que levante los ánimos entre su militancia.

Esa organización está compelida a reconocer sus graves errores y desaciertos al frente del gobierno durante dos décadas y pedir disculpa a la población dominicana por el abuso con que manejaron los recursos estatales, en una gestión caracterizada por el dispendio y la asociación de mafias para sangrar el erario.   

Tanto Leonel como Danilo están opuestos a la reforma constitucional elaborada por técnicos del gobierno, avalada por atinadas sugerencias y aportes de diversos juristas y expertos constitucionales del país.         

Ambos quieren tener el “camino despejado” para eventualmente encontrar una brecha en el futuro que les permita el retorno en la conducción del estado.    

El expresidente Medina dijo textualmente sobre la reforma constitucional impulsada por Abinader: «La propuesta de marras se plantea en términos populistas y propagandísticos, en torno a la imagen del presidente de la República, y no responde a un ánimo sincero de atender, con rigor jurídico y político, los más acuciantes problemas institucionales».   

Posteriormente, Abinader planteó que la reforma lo que llevará «es tranquilidad cuando terminen los dos períodos cada ocho años, que, si se va a reelegir, que, si no se va a reelegir, o sea, eliminar ese cuestionamiento que se presenta cada ocho años».   

El estilo de hacer política desde la oposición en República Dominicana sigue siendo muy peculiar porque casi siempre tiene una firme respuesta que es oponerse a todas las iniciativas de quienes sustentan el poder.

Obsoleta postura

Habrá que esperar las discusiones y debates que se producirán en el Congreso Nacional cuando finalmente se inicie el proceso de análisis del contenido de la reforma constitucional, así como de otras iniciativas que someterá el Poder Ejecutivo, incluida la Seguridad Social, actualización del Código Laboral y la transformación del Ministerio de Interior y Policía, que podría ser convertido en Ministerio de Seguridad Ciudadana.   

Es necesario el cambio de postura entre los legisladores de las diferentes bancadas al momento de iniciarse los debates, porque no importa que se trate de una medida que favorezca a la sociedad, como reiteradas veces ha ocurrido, esos líderes opositores creen erróneamente que oponiéndose a todo podrán sacar ventajas políticas.

Obsoleta visión de interpretar la relación entre los actores de nuestro sistema democrático y sus instituciones porque apenas se limitan a criticar y a oponerse a las acciones provenientes del litoral del Ejecutivo.    

Artículo de Manuel Díaz Aponte

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