Manuel Díaz Aponte
La Política es una ciencia social cuya investidura no le va bien a toda persona, y, en ocasiones algunos, quedan marcados negativa y severamente para siempre al incursionar en este apasionante mundo.
¿Cómo se explica que millares de ciudadanos de las más disímiles profesiones, oficios y algunas incluso analfabetas, pretendieron ser síndicos o regidores por sus demarcaciones? ¿Por qué son tan atractivos esos cargos?, pero resulta que más del 90 por ciento de ellos se quedaron en la gatera.
No hay suficientes camas para tanta gente, como diría la legendaria y recordada guarachera cubana, Celia Cruz, en una de sus famosas interpretaciones.
Por no entender precisamente los intríngulis de la política de esa que Aristóteles definió como la herramienta principal del conocimiento y la movilidad humana, ahora hay muchas gentes frustradas, enojadas, desestabilizadas y amargadas que asumieron compromisos financieros para alcanzar sus sueños.
Las calles, avenidas, callejones y los principales espacios públicos de la sociedad dominicana fueron inundadas de afiches y propaganda de los miles de aspirantes a nivel nacional.
Algo insólito, todos aspiraban a ser electos para “sacrificarse y trabajar duro por el país”. Así las cosas, la política se ha convertido entre los dominicanos en un eslabón para trascender social y económicamente.
Vergüenza y pena que ahora muchos de los que perdieron en las urnas el domingo 18 de febrero, guardan resentimiento contra los votantes, hasta el punto de enrostrarles las ayudas que recibieron de ciertos candidatos.
Es una manera cobarde de utilizar la miseria humana para prácticamente obligar a una persona a que reoriente su voto en las mesas de votaciones. Ojalá, que ello, no se repita en los comicios presidenciales y congresuales del 19 de mayo venidero.
Está demostrado que el votante de República Dominicana es mucho más inteligente de lo que creen la mayoría de nuestros políticos.
Voto de Castigo
Sin importar los niveles de abstención registrado en el evento comicial municipal, lo cierto es que hubo un voto de castigo y rechazo hacia determinados aspirantes.
Asimismo, el mensaje fue dirigido a las organizaciones políticas que, como el PRD, otrora bastión de las luchas emancipadoras dominicanas solo obtuvo un 2% de las votaciones y la sindicatura de la comunidad de Castañuelas, donde el candidato Winston Álvarez obtuvo 53.14%.
El rechazo hacia el liderazgo político tradicional se refleja en la intención del voto, donde la ciudadanía habló, se desahogó y expuso el desprecio hacia los que han aupado la corrupción pública por décadas.
Opción Democrática liderada por Minerva Josefina Tavárez Mirabal, y aliada de la AlianzaRescateRD, no superó el 1% de los votos.
Fueron las primeras elecciones populares después de la abatida contra la corrupción en el país, que ha colocado tras las rejas a decenas de exfuncionarios de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Probablemente, eso mismo ocurra en los comicios presidenciales y congresuales del 19 de mayo venidero, donde el Partido Revolucionario Moderno (PRM), se perfila ganador inclusive en primera vuelta.
En la historia democrática nacional, por primera vez el Ministerio Público y la Procuraduría General de la República, emprenden una acción anticorrupción enfilando sus cañones contra funcionarios y políticos acusados de corrupción, expedientes sustentados en un dossier de pruebas documentarias verificadas en exhaustivas investigaciones.
Lucha contra la Corrupción
El sentir de la población, que aguarda expectante, está enfocado en que se aplique todo el peso de la Ley contra los depredadores de los recursos estatales.
Existe conciencia de que el saqueo de los bienes públicos contribuye a profundizar la pobreza entre los sectores vulnerables, debido a que el Estado se ve imposibilitado de aplicar las políticas de inversiones demandadas.
La partidocracia dominicana es muy costosa y cada vez surgen nuevos partidos que buscan ser beneficiados del Presupuesto Nacional a través de las millonarias sumas que otorga el Estado a la JCE para financiar la operatividad de esas entidades, algunas simples entelequias.
Lo menos que deberían hacer esos partidos es contribuir con el Ministerio de Educación en campañas de alfabetización y en orientación ciudadana a través de las diferentes alcaldías para que la población coopere con la limpieza de las comunidades.
No es simplemente colocar afiches y costosas vallas de promoción de candidatos en cada rincón nacional, generando así contaminación visual y sonora.
Actualmente, hay en el país 31 partidos políticos reconocidos por la Junta Central Electoral los cuales reciben asignaciones presupuestarias.
Para la población que no milita ni participa en acciones políticas se convierte en una pesadilla los procesos electorales por los altos niveles de contaminación y constantes ruidos, incluyendo altas horas de la noche.
Las Propuestas
Se ha sugerido, en reiteradas ocasiones, que las campañas electorales se hagan a base de propuestas y debates difundidos en cadenas nacionales de radio, televisión e internet. Y que incluso, el cierre final, sea en lugares específicos evitándose paralizar la normalidad urbana de las principales comarcas.
El presidente Luis Abinader es un político mesurado y transparente que actúa con prudencia en sus planteamientos, concentrado en su gestión gubernamental.
Los diálogos que sostiene todos los lunes con los periodistas en el Palacio Nacional representan una ventana abierta para abordar diversos temas, sin ningún tipo de limitaciones. Es la primera vez que un mandatario dominicano apertura en su agitada agenda un encuentro semanal con los representantes de los medios de comunicación, llevando esta iniciativa a San Pedro de Macorís, Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, entre otras provincias.
El liderato opositor tendrá que hilar fino y con mucho tacto para aproximarse a la ruta que tiene asegurada el presidente Abinader.
Artículo de Manuel Díaz Aponte